lunes, 18 de marzo de 2013

Resident Evil alternativo 2ª parte

Horrorizados ante tal espeluznante imagen, pensamos en dar la vuelta, huir de ahí, pero ¿hacía donde? Si volvíamos sobre nuestros pasos el camino estaba cortado,y deambular en mitad del bosque sin saber a donde ir no tenía sentido, ademas, teníamos que salvar a esa gente, o al menos intentarlo. Observamos mejor y con detenimiento el lugar, a lo lejos, cerca de la entrada a la iglesia, había un grupo de zombis atados con unas cadenas a un tablón de anuncios. Su deseo irrefrenable de conseguir carne fresca les hacía avanzar inconscientes hacía el barracon, incapaces de analizar que estaban atados y de nada servía su intento. 
Tras un rato pensando en un plan para entrar, observamos que en la parte trasera del barracon solo había un guarda, perfecto pensamos. ideamos una estrategia para distraerle,  raul y yo aparecimos ante su campo de visión, y nos escondimos rápidamente tras unos arboles, el guarda en un acto de valentía decidió no avisar a los otros guardas,(menos mal) y se acercó al bosque, Jose ya se había situado detrás de el, a solo unos pasos, entonces salimos los dos de nuestros arboles, el guarda se asustó y se echo hacía atrás preparando su arma, pero se encontró con Jose, que le agarro la cabeza y seguidamente deslizó la hoja del cuchillo por su cuello, brotando primero una fina línea de color rojo, el guarda intentó gritar, pero eso solo sirvió para que su herida se abriese y la sangre emanase a borbotones de su garganta, escondimos el cuerpo tras unos matorrales y nos dirigimos al barracón.
La puerta estaba abierta, y al entrar los campesinos que se encontraban en su interior exhalaron un grito ahogado, tenían miedo.
al ver que no eramos el guarda, se tranquilizaron un poco, pero al cabo de unos segundos nos inundaron a preguntas y a suplicas de que les sacaramos de allí. Les preguntamos que era lo que ocurría en aquel sitio,y quien era aquel monstruo que había decapitado solo con sus manos a aquel pobre hombre.
Nos dijeron que había llegado hacía dos dias, encerrandoles a todos en aquel lugar, un grupo de 8 hombres le plantaron cara, pero no pudieron hacer nada contra el.

les dijimos que esperasen ahí, y que actuasen como si no hubiese pasado nada.volvimos a salir por detrás y decidimos separarnos. Uno efectuaría un disparo desde la puerta trasera, para luego esconderse rápidamente en un lugar cercano, mientras que dos de nosotros rodearía la plaza hasta el otro barracón.
Raul se ofreció a efectuar el disparo. Por lo que Jose y yo fuimos al otro extremo de la plaza, ocultos tras unas casas donde veiamos a la perfección a todos los guardas y la entrada del barracón donde se encontraba aquella bestia.
Una vez estábamos en posición Jose le hizo una seña a Raul para que disparase, efectuó tres disparos y salió corriendo en dirección a una casa grande que había mas adelante.
Los disparos surtieron el efecto que deseábamos, los guardas salieron corriendo a la parte trasera incluso el grandullón  se dejó llevar por el interés y acudió raudo y veloz a ver que pasaba.
Jose y yo corrimos con todas nuestras fuerzas hasta el otro barracón, y atravesamos la puerta hacía su interior. dentro había un plano con una casa señalada.
En una esquina del habitáculo había un enorme cajón lleno de armas y explosivos, Jose recogió un par de granadas y munición.
Yo me agencié  un lanzagranadas y un machete que me enganche en el cinturón.
Cuando ibamos a salir escuchamos unas voces que se acercaban, miramos por la ventana y eran dos guardas, en el centro de la plaza estaba Raul arrodillado, le habían encontrado!! y la bestia se encontraba a su espalda.
En cuanto los guardas entraron los matamos sin pestañear, silenciosos como si de soldados entrenados se tratasen.

Volvimos a mirar afuera, y aparte de la bestia, había 4 guardas más. Corrí al cajón de armas y recogí un rifle de francontirador que había visto. me asomé por la ventana y de un tiro maté a dos guardas, Jose mató a los otros dos, rapidamente. La bestía soltó un grito atronador y embistió el emplazamiento donde estabamos, saltamos los dos al unisono, uno a cada lado, cuando ese ser, atravesó la casa y creó un agujero que hizó tambalear los cimientos de aquel lugar. Mientras se recomponía salimos veloces a auxiliar a nuestro amigo, nos agachamos a su lado y le soltamos las correas con las que lo habían atado, cuando al fin se lo quitamos Raul gritó : CUIDADO!!!!

El y jose se apartaron a tiempo, pero a mi me dió de lleno, y sentí como salía volando unos metros en dirección a la iglesia, pasando por encima de la hoguera, y arrastrándome por el suelo una cantidad considerable de metros, me quedé ahí tirado, consciente de todo lo que pasaba, pero demasiado aturdido para levantarme, la bestia venía hacía mi, pero no podía ponerme en pie, me arrastre hacía atrás  y justo cuando lo tenía encima, los disparos llamaron su atención desviando su interés por mi. Al impactar las balas en su cuerpo, observe que no le hacían prácticamente nada, atravesaban y desgarraban aquel chaleco de cuero gastado que llevaba,pero su piel apenas percibía daño.
El monstruo se dirigió con paso firme hacía mis amigos, que no cesaban de disparar en todo momento, Raul le acertó en el ojo, provocando así que la bestia se parase, tan solo unos segundos para rugir y empezar a sufrir convulsiones de rabia y odio.
Salió corriendo en dirección a ellos que se apartaron a tiempo de su esquizofrénica carrera.

Se había fijado el objetivo de ir a por Raul, yo aproveche que me encontraba en su campo de visión del ojo malo, con lo que cargué el lanza-granadas y disparé, no lo vio venir y le impactó en el costado izquierdo, profiriendole así una abertura en mitad de su tórax.
eso le hizo trastabillar, y caer al suelo, de rodillas, respirando entrecortadamente y jadeante.
Raul se acercó para disparar su escopeta apuntando a su cabeza... NO TE ACERQUES!!! gritamos Jose y yo al unisono, pero era demasiado tarde, la bestia sonrió y agarró a Raul por el brazo, se lo retorció haciendo que soltase su arma y después se lo rompió  el chasquido de los huesos nos produjo un irritante chirriar de dientes, en lo que tardaba en cargar otra granada en el arma, vi como le propinaba un fuerte puñetazo a Raul en el estomago, cayendo en un borde de la hoguera, Jose corrió en su auxilio, para sacar a Raul del fuego que había empezado a prenderle los pantalones.
Con el brazo roto y casi sin respiración, Raul había quedado fuera de combate, Jose estaba sacudiendole las llamas, cuando aquel ser sin alma se acercaba a ellos, rápidamente disparé una segunda granada, pero esta vez no le dio, si no que la acuno con su mano, y haciendo un giro sobre si mismo me la devolvió como si de un lanzador de béisbol se tratase, salté a un lado,pero la granada  estalló muy cerca, añadiendo múltiples quemaduras y y restos de metralla cercenandome la piel.
Caí al suelo, con un dolor indescriptible, grité de dolor para asi calmarme un poco, pero el dolor seguía activo, doloroso, y con cada movimiento sentía que la fuerza se iba apagando en mi.
La bestia llegó a Jose, que le alzó igual que había alzado a aquel campesino anteriormente, esa imagen vino a mi, y no quería ver como un amigo pasaba por lo mismo.
Jose levantó su arma y le disparó en el cuello, la bala a tan poca distancia le atravesó las cuerdas vocales, pero eso no le impidió reír como si se encontrase poseído.
 El estrangulamiento hacía que Jose se fuera quedando sin fuerzas, me arrastré hasta la mochila que Jose dejó caer para socorrer a Raul, rebusqué en su interior y encontré una de las granadas que había recogido del cajón de armas,la cogí y se la lancé, milagrosamente la atrapó entre sus dedos, dejó caer el arma y con esa mano retiró la anilla, y en un ultimo esfuerzo titánico elevó su brazo y le introdujo la granada en la boca a la bestia.
Acto seguido solo recuerdo la explosión y ver a Jose aterrizar contra el barracon donde la gente estaba confinada. Después me  desmayé.

Cuando desperté lo hice en una cama mullida y caliente,tapado por un montón de mantas que pesaban casi mas que yo.
Raul y Jose ya estaban despiertos, y estaban fuera ayudando a los pueblerinos, era una comunidad Amish, y estaban ayudando a reconstruir el pueblo,así que uní a ellos.
Tras unos días todo volvía a la normalidad, El monstruo había sido quemado por los aldeanos la misma noche que le volamos medio cuerpo con aquella granada, y después nos habían curado las heridas, permanecimos dos semanas en cama, yo un par de días mas. Estábamos sentados en un banco frente a un arroyo, cuando decidimos ir a la casa que había marcada en el mapa, queríamos saber que tenía de especial y que buscaban allí. El jefe de los aldeanos nos acompañó hasta el lugar, era una casa apartada de todas las demás, y la tenían cerrada concienzudamente, al abrirla, vimos que de una puerta salía una luz blanca cegadora, el aldeano la abrió y vimos lo que parecía un portal dimensional, nos dijo que varias personas habían pasado por allí, pero nadie había vuelto, por lo que cerraron la casa, y solo el líder del pueblo tenía la llave.
Volviendo sobre nuestros pasos deliberamos sobre que teníamos que hacer, Jose decía que lo dejásemos estar, no sabíamos a donde nos llevaría eso, y ademas tampoco se vivía tan mal en aquel lugar, sin embargo Raul y yo no pensábamos igual. 
Pasamos la noche celebrando una barbacoa y una fiesta con música y baile, fue una gran noche,
A la mañana siguiente, Raul y yo decidimos que nos iríamos a aquella casa, que entraríamos en aquel portal, y Jose dubitativo nos siguió en silencio.
Todos los aldeanos nos acompañaron, querían despedirse de nosotros, cosa que nos agradó, entramos en aquella casa y cuando íbamos a cruzar el portal Jose desde atrás nos detuvo con un grito.
- Lo siento amigos, no puedo ir con vosotros, me gusta este lugar y quiero quedarme.
Aquello no nos pilló tan por sorpresa como debería, pues ya habíamos visto a Jose muy agusto con esta gente. Pero tampoco esperábamos que se fuese a quedar. 
Fue un momento duro, pues siempre habíamos estado juntos y mas después de lo que habíamos pasado, pero era su decisión y no queríamos interponernos.
Nos despedimos con un efusivo abrazo y luego cruzamos el portal.

Tras una sucesión de luces, aparecimos en el aire, cayendo... cayendo precipitadamente sobre un lago de agua azulada, no podíamos hacer nada por evitar el descenso, y acto seguido nos sumergimos.

Salimos a la superficie y vimos una ladera con hierba verde que estaba mas o menos cerca, nadamos hacía ella y al alcanzarla nos tumbamos boca arriba, exhalando el poco aire que nos quedaba después de nadar.
Al sentarnos vimos donde estábamos realmente. Al otro lado del lago, había unas cuantas casas en hilera, que nos resultaban sutilmente familiar...ERA LA CIUDAD DE DOLLET, del Final Fantasy VIII, donde Squall, llega con su grupo en unas barcas en su primera misión.

Al alzar la vista al cielo, aun incrédulos de nuestra suerte, vimos en la lejanía que había un estadio de Bliztball y estaban jugando un partido.

No nos lo podíamos creer, estábamos en un mundo que nos encantaba y siempre habíamos soñado con que fuera real. Era INCREIBLE!!!!!
Decidimos quedarnos allí para siempre y esperar que algún día Jose, decidiese venir con nosotros.

                                                                      FIN

lunes, 11 de marzo de 2013

El sueño de Resident Evil 4 alternativo


Esto sucedió hace mucho mucho tiempo, era el año 2005, fecha en la que salió a la venta el Resident Evil 4, por ese entonces recuerdo que me compre la Gamecube explícitamente por jugar a ese juego y al Metal Gear Solid : Twin Snakes, son los 2 únicos juegos que me compré para esta videoconsola, yo en esta época, era un friki magnánimo, y mi mente y cuerpo se dedicaban plenamente a los videojuegos y el frikismo… (Buenos tiempos eran)
Tal era la excitación que tenía por la salida del Resident Evil 4, que luego al jugarlo me decepcionó un poco, el 2 y el 3 fueron los mejores Resident´s que existieron para mi, y el cuarto, supuso un cambio drástico que marcaría el resto de los Resident Evil, se habían convertido en un juego de acción en vez de Survival Horror.
Mi mente, ante tal bajón decidió soñar un día, y solo un día una historia alternativa y alejada de toda lógica relacionada con RE:4.
No es un sueño que tenga archivado, escrito o guardado en un archivo .doc, pero lo recuerdo como si lo hubiese soñado ayer….Quizá mi mente a partir de ahí aprendió a separarse en varias partes y una de ellas aún permanece en aquel lugar soñado por unos cuantos….
Un día cualquiera de una semana cualquiera de un mes cualquiera, me acosté en mi cama de 90cm; el sueño vino a visitarme pronto, con ansias, deseando llevarme a su terreno lo más rápido posible para que yo permaneciese lo máximo posible en su estancia, alejándome de la rutina a la que están sometidos los humanos normales incapaces de ver un poquito más allá de lo que tienen enfrente.
Los párpados se cerraron, lentos, pesados y una sensación placentera me recorrió cada parte de mi cerebro, entrando en un estado de satisfacción difícil de alcanzar por otros medios.
Al abrir los ojos  me encontraba en un camino, ya era ajeno al mundo normal, me encontraba en un bosque, con tonos anaranjados y marrones propios de un mes de otoño, los rayos del sol se colaban entre las ramas de los grandes árboles, clavándose en el suelo con un tono rojizo que delataba sus ganas de ocultarse un día más. La visión era preciosa, me hubiese quedado observándola si no hubiese escuchado un gemido detrás de mí, me giré rápidamente y me encontré a dos amigos, eran Raul y Jose.  Estaba despertando al igual que yo, tras hablar un rato no supimos como aparecimos allí.
A nuestras espaldas había una pared de unos 5 metros de altura, era como la pared de un barranco, escarpada y resbaladiza, por lo que ir en esa dirección obviamente era inviable.
Así que avanzamos por el camino del bosque, a algún lugar tendría que llegar. Para cuando emprendimos la marcha, los rayos antes fuertes y firmes del sol, ahora débilmente se dejaban ver, y el cielo se oscurecía poco a poco. Teníamos que avanzar rápido, pues la noche no sabríamos que peligros podría depararnos.
Desde varios lugares del bosque, llegaban ruidos, sonidos prolongados, como si alguien arrastrase los pies entre las hojas caídas de los árboles, y unos débiles pero constantes jadeos que cada vez sonaban más cerca.
Aceleramos un poco el paso, más por el miedo que otra cosa, íbamos en silencio,  preferíamos prestarle más atención a los sonidos que se nos acercaban que a nuestras conversaciones por una vez.
Fue en un giro del camino cuando vimos al primero, un zombi atrapado entre unas zarzas, que al vernos se empezó a retorcer como poseído y vimos como las zarzas iban desgarrándole girones de piel de las piernas y los brazos,  su cara presentaba claros signos de putrefacción, y le faltaba el pómulo del lado izquierdo, dejando a la vista un brillante hueso blanco rodeado de sangre negra y muerta.
Empezamos a correr, pues el zombi no tardaría mucho en librarse de aquellos matorrales, y más si dependía de comer nuestra carne fresca y suculenta.
Al cabo de unos 2 kilómetros encontramos una caseta en el borde del camino, era pequeña y entre los 3 ocupábamos casi todo el espacio útil del interior.
Había una nevera  en la que solo había 1 botella de agua y unas barritas energéticas que no tenían muy buena pinta.
En la puerta colgaba la chaqueta de algún Sheriff, y había un armario de armas que nos vino realmente bien. Cogimos un rifle, una escopeta y un revolver del 48, por suerte había cajas de munición para un ejército, pero no teníamos donde llevarla, así que cargamos las armas y nuestros bolsillos de balas.
Después de hablar de lo ocurrido a ninguno nos sorprendía lo más mínimo, nos parecía hasta normal la situación.
Una congregación de zombis nos esperaba fuera de la cabaña, golpeando la puerta y las paredes, guiados solo por nuestro olor, carentes de inteligencia golpeaban la pared como si la fuesen a atravesar mágicamente.
Rompimos una ventana y empezamos a dispararles a todos en la cabeza, no resultó fácil, pues el retroceso de las armas no era algo que supiéramos prever y nuestra puntería dejaba mucho que desear, aun así limpiamos la zona, volvimos a coger munición y seguimos por el camino.
Avanzábamos lentos y precavidos, ya era plena noche y las nubes que se habían formado en el cielo no dejaban que la luna iluminase nuestro camino, por lo que tropezar con ramas y piedras se convirtió en una rutina.
A los 20 minutos de abandonar la caseta nos encontramos una linterna en el suelo encendida, había casquillos usados a su alrededor pero no había nadie cerca, la cogimos y alumbramos al frente, se veía un reguero de sangre que acaba en el cuerpo de una persona tirada en el suelo mientras dos zombis se daban un festín en su honor.
Los matamos a los dos,  nos acercamos al cuerpo y las náuseas invadieron nuestras gargantas provocando que vomitásemos los tres. Era realmente espantoso, uno de los zombis se había dado un atracón de intestinos, por lo que sus tripas estaban esparcidas por el suelo, y el olor era asqueroso, el otro se había comido la cara de aquel tipo y no quedaba nada reconocible…
Dedujimos que era el Sheriff, pues llevaba una camisa de uniforme, botas militarles y un cinturón para el arma, y un cuchillo del que Jose no dudo en agenciarse.
Tras recuperarnos seguimos nuestro destino, esta vez a un paso más rápido y seguro que antes,  la linterna nos vino muy bien.
Tras unos pocos metros, observamos a lo lejos la entrada del pueblo, como estábamos en una posición elevada podíamos ver la disposición de las casas y la extensión de terreno que ocupaba, era pequeño, apenas una aldea, la entrada al pueblo estaba formada por dos grandes casas alargadas de dos pisos que hacían de pasillo hacía la plaza, al otro lado de la plaza había una iglesia. A su derecha una calle con cuatro casas a cada lado terminaban en un lateral de la montaña en el que había una pequeña fuente, a su izquierda había como más calles, pero dudo mucho que la población superase las 80 personas. Había una granja y varias extensiones de cultivos en la lejanía.
Con precaución nos acercamos a la entrada del pueblo, estaba extrañamente silencioso, pero debía haber alguien, las hogueras no se encienden solas.
Al avanzar más, vimos a unas personas, me iba a adelantar para saludarles y que nos contasen que estaba pasando, pero Raul tiró de mi hacía atrás ocultándome de nuevo en la oscuridad del bosque.
— ¡Mira bien coño!, esas no son personas normales. — Me soltó un poco irritado.
Tenía razón, si te fijabas se veía que no eran muy amigables, de su hombro colgaban unas ametralladoras que pareciese que hablasen por ellos, estaban patrullando alrededor de la plaza, De las casas en forma de barracones de los lados llegamos a oír un sollozo de un niño, uno de los guardias se acercó u abrió la puerta de golpe, un señor salió corriendo empujando al guardia que lo hizo caer de espaldas. El otro guardia preparo su arma y sin dudar disparó atravesándole la rodilla y haciendo que su hueso se astillase y asomase entre la piel.
El hombre sollozando de dolor en el suelo, fue arrastrado hasta el centro de la plaza, a los pies de la hoguera, de pronto del otro barracón salió un hombre inmenso, era grande, fuerte y su cara te inspiraba un profundo temor que tu consciencia te decía que te alejases lo más posible de aquel lugar.
Se acercó al hombre herido, y mirando al otro barracón empezó a  hablar:
— ¿Esto es lo que me ofrecéis a cambio de dejaros vivir? ¿LA TRAICION? — grito tremendamente irritado.
Acto seguido elevó al hombre por el cuello y lo puso a la altura de su cara.
Mirando al barracón donde intuimos que el resto del pueblo estaba recluido, ejerció fuerza con su brazo, se tensaron sus músculos y unas venas afloraron por su antebrazo, y en ese instante … vimos como el cuello del aldeano reventó y su cuerpo cayó al suelo, inmóvil, y su cabeza permanecía en las manos de aquella bestia, acto seguido, abrió la boca y masticó lentamente la cabeza de aquel pobre hombre.
Sin decir nada, se dio la vuelta y se metió en el barracón…
Estábamos jodidos. 

Continuará....