lunes, 18 de febrero de 2013

La Forma

Buenas gentecilla fiel, parece que estar en Burgos me ha ayudado a cosechar un nuevo sueño, hay amigos que dicen que tengo la mente enferma, otros me preguntan que como soy capaz de retener tanta información de los suenos...Pero es una respuesta que aun no he encontrado en mi vida, ¿ tendrá algún propósito? quizá... ¿Acaso estos sueños, aunque dispares y sin relación, me están intentado hacer ver algo que no quiero? No lo se, el mundo del subconsciente es complejo e intrigante cuanto menos, pero mientras tanto, yo seguiré aquí compartiendo sueños con vosotros hasta encontrar el verdadero significado oculto que esconden.
Ahora no tengo mucho tiempo para escribiros el sueño completo, no es que haya sido muy largo, pero no quería dejar otro día sin escribir, así que os pongo un poquito para ir abriendo boca :


Estamos en la tierra, a través de la televisión vemos que una extraña forma ha impactado contra nuestro planeta, al llegar al lugar, tan solo se ve el cráter producido por el descenso desde la atmósfera  se ven unas huellas parecidas a las de un reptil, por el tamaño y profundidad de la huella debe ser un espécimen bastante grande, pero poco a poco se van transformando en huellas más pequeñas, y más y más….hasta convertirse en huellas humanas… sea lo que sea, ahora se encuentra entre nosotros y no podremos localizarlo… al menos por el momento.
Pasan unos días y la gente parece haberse olvidado del suceso, después de un sustancioso desayuno, salgo de casa para ir al trabajo, al llegar me encuentro a mi jefe, me dice que no entre, que tengo que ir a otra tienda a echar una mano, total que recojo mis pertenencias y vuelvo a irme, Tengo que ir a una tienda que está a 50 kilómetros de mi casa… menuda gracia.
La tienda está cerca de donde había impactado el “ser” hacía unos días… Al llegar todo esta extrañamente lleno de gente, hay gente por las calles, paseando como un día normal, el sol brillaba en el cielo, y el calor que producía el asfalto, provocaba una sensación de calidez y bienestar, que te daban ganas de pasear, no sé cómo explicarlo, pero es como si una extraña atracción te hiciese permanecer fuera.
Encuentro la tienda después de callejear un poco, al entrar veo que no hay nadie en la tienda, voy al almacén y me encuentro a un empleado nervioso y sudoroso, Me entrega un objeto y me dice que estaba deseando que llegase, y sin darme tiempo a preguntarle que era o que pasaba se fue corriendo…
Observando detenidamente el objeto, tenía forma cilíndrica, y pesaba más de lo que aparentaba por su tamaño, no sabía qué hacer con él, Salí del almacén y vi que el empleado estaba en la calle, fui hacía él, y su nerviosismo había desaparecido, me dio una carta y comenzó a andar balbuceando una frase: “Que a gusto se está en la calle”…
Aunque yo acaba de llegar, sabía a qué se refería ese hombre, pues yo también empezaba a sentir esa calidez que me hacía sentir el estar fuera de una casa.
Dentro de la carta había una nota, si se le puede llamar así, porque solo rezaba una sola frase:
— Llévalo al ayuntamiento —
No me estaba gustando este asunto, ¿Para que servía todo esto?¿Porque tenía que hacerlo yo?
Algo no cuadraba, pero ni por asomo pensé en lo que pasaría a continuación,…
Marcadores Sociales

No hay comentarios:

Publicar un comentario